En el tradicional corte de cinta, en las remozadas dependencias del Archivo General, el Contralor de la República, Ramiro Mendoza estuvo acompañado por el Ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga; el Senador Pedro Araya; la Secretaria General de la Contraloría, Victoria Narváez; el Conservador del Archivo Nacional, Osvaldo Villaseca; el historiador e integrante del Centro de Desarrollo, Experimentación y Transferencia de Tecnología Educativa, Carlos Bascuñán; el jefe de la Oficina General de Partes y Archivo General, Gustavo Rivera; los directivos de la Biblioteca del Congreso Nacional e invitados especiales.

En la ceremonia, que también consideró la asistencia de numerosas jefaturas y funcionarios, el Contralor sostuvo que la remodelación de este espacio, de 1.628 metros cuadrados, es una respuesta a la necesidad de una mejor administración de los archivos, que surge a partir de factores como la Ley N°20.285, de Acceso a la Información, y al mayor empoderamiento del ciudadano, al que calificó como "un gestor activo y principal del requerimiento de la información pública".

Agregó que la Entidad a su cargo tenía la responsabilidad de rescatar este lugar, cuya remodelación comenzó en noviembre de 2013, no sólo para la seguridad de quienes trabajan allí, sino que además para recuperar la dignidad en el manejo de la información contenida. Por lo mismo, manifestó que a partir de este lunes 8 las dependencias están al servicio de la ciudadanía y del país.

La bendición de las instalaciones fue realizada por el presidente de la Mesa Ampliada de las Entidades Evangélicas, Obispo Emiliano Soto; y el Capellán Nacional de Gendarmería, Luis Roblero. Ambos destacaron los esfuerzos de la CGR por dotar a sus usuarios e integrantes de dependencias de alto estándar, y recalcaron que con proyectos de este tipo la Contraloría colabora a dar mayor calidad a la Administración Pública.

El recinto, ubicado en el segundo subterráneo de la sede central, cuenta con la modalidad full space y un moderno sistema de climatización que resguarda los documentos. También tiene dos salas de lectura, las que están abiertas a la comunidad. El espacio mantiene el estándar del resto de las oficinas remodeladas, privilegiando la transparencia, la calidez de la madera y la recuperación de elementos identificables como lámparas de bronce y cornisas de yeso.