Pasar al contenido principal

Mujeres con historia... Petita O'higgins Riquelme Rodríguez


En el marco de la celebración del "Día Internacional de la Mujer" el Archivo Nacional de Chile se suma a esta conmemoración rindiendo un homenaje a todas las mujeres que han sido parte de nuestra historia. En esta oportunidad quisieramos relevar la figura de Petronila O'Higgins, hija natural de Bernardo O´Higgins.

Los vagos antecedentes conocidos, señalan que Petronila nació en la hacienda Las Canteras alrededor del año 1808. La imprecisión con la fecha, responde a que su partida de bautismo fue destruida a consecuencia del ataque del Ejército Realista a la ciudad de Los Ángeles donde se localiza esta hacienda. Su madre, fue Patricia Rodríguez, mujer mapuche que se desempeñaba como sirvienta en la casa de Bernardo O'Higgins; el padre, ¿un desconocido?

Cronistas contemporáneos, comentan que Petronila o Petita, como la apodó cariñosamente el mismo O'Higgins y su madre, formaban parte del núcleo más cercano de los O'Higgins, aunque ambas en calidad de servidumbre. No obstante, el estatus de Petita debió ser especial en este hogar, como se comprueba, por ejemplo, que durante su niñez y adolescencia, Petita tiene que haber recibido una educación suficiente para aprender a leer y escribir. Más aún, cuando O'Higgins marcha exiliado al Perú en 1823, Petronila y su madre integran el pequeño grupo de desterrados junto a doña Isabel Riquelme, Rosa Riquelme y Demetrio O'Higgins, el hijo natural de Bernardo con Rosario Puga.

Instalados en Lima, O'Higgins, sustentó la economía familiar a través de la comercialización de los productos de su hacienda Montalván. En el caso de Petita, ya de 28 o 29 años, contrae matrimonio con José Toribio Pequeño, un joven criollo peruano de buena familia, quien se había convertido en el administrador de las haciendas de O'Higgins.

En el Archivo Arzobispal de Lima, se encuentra el acta matrimonial fechada el 13 de noviembre de 1837, siendo los padrinos don José María Pequeño y doña Isabel Riquelme.

Petronila y José Toribio tuvieron cinco hijos, el primogénito recibió el nombre de Bernardo Santiago Pequeño Riquelme, probablemente eligieron este nombre en reconocimiento del jefe familiar y padrino del recién nacido.[1] Siguieron a Bernardo, José Gregorio, Luis, Gerardo y Rosa.

La vida del matrimonio Pequeño Riquelme transcurrió marcado por la distancia de la pareja; ella permaneció en Lima, junto a la familia O'Higgins y su esposo en la práctica se radicó en la hacienda Montalván, imbuido en las labores propias de su trabajo.

Luego de casi una década, la pareja entró en crisis, como queda de manifiesto en la correspondencia familiar y que, en parte, se conserva en el Archivo Nacional Histórico. Entre 1848 y 1850 el conflicto alcanzó ribetes de escándalo, cuando entró en escena "Carmencita" una sobrina de José Toribio Pequeño que fue señalada como amante del administrador. En una carta fechada en Montalván el 20 de marzo de 1848, José Toribio se hace cargo de estos rumores y le escribe a Rosa Riquelme para desmentirlos completamente; le dice "Mi sobrina Carmencita se encontraba abandonada, sin apoyo, sin recursos y experiencia. Su edad y su misma inocencia oponían su virtud a una prueba demasiado fuerte, en tal circunstancia he debido ampararla del mejor modo que me ha sido posible."[2]

Sin embargo, Petronila no creyó en la bondad de su esposo y manifiesto su orgullo de esposa en una carta fechada el 13 de mayo de 1848: "...Siento mucho de las cosas que dicen de ti (Pequeño), de tu conducta. Principalmente te han molido los huesos y tu honor, esta vez, se ha desparramado por todo Lima....dice toda esta familia que tú te has sacado a Carmen de su casa, del lado de su marido, dicen que tú has hecho el papel muy bien. Ahora esta vergüenza es para mí porque hasta vergüenza me da de salir... porque me dirán que soy una cornuda"[3]

El quiebre conyugal ocurre definitivamente y no obstante que Petronila intenta salvarlo a condición de que su marido saque a la tal Carmen de la casa, José Toribio decide algo más definitivo, viajar a Chile con sus cinco hijos sin prever que ello le impediría a Petronila volver a ver a sus hijos por el resto de su vida.

La vida de Petronila quedó limitada a la hacienda Montalván, solo junto a Demetrio O'Higgins quien se suicida en 1868 y así por cerca de dos años hasta que tomó la decisión de regresar a Chile, seguramente con el propósito de recuperar a su familia.

Lamentablemente ello no fue posible porque antes de arribar a Valparaíso, falleció a bordo del barco en que viajaba a Chile El diario "La Patria" entregó de esta manera la noticia: "En el vapor Perú, que fondeó la tarde del lunes, llegó el cadáver de doña Petronila Riquelme O'Higgins de Pequeño hija, según se nos dice, del ilustre general Bernardo O'Higgins. Esta señora se embarcó algo enferma desde el Callao con destino a Valparaíso y falleció siete millas antes de llegar a puerto".[4]

Lo interesante de la noticia de La Patria, es que por primera vez en un documento se escribía que Petronila era poseedora del apellido O'Higgins, lo mismo se consignó en acta de defunción que se encuentra en el archivo del cementerio de Valparaíso, donde su hijo Bernardo la sepultó. Ambos testimonios se hacían cargo, de una verdad que toda la sociedad de su tiempo sabía, pero que los documentos han sido reacios de constatar.

¿Cómo eran las costumbres familiares de fines del siglo XVIII y del siglo XIX respectos de los hijos nacidos fuera del matrimonio y que fueron las circunstancias en que vivió Petronila? Petronila O'Higgins, nació en un tiempo y en una sociedad marcadamente jerárquica, en que los hijos ilegítimos no eran reconocidos por el padre biológico pero sí incorporados a la familia "paterna" en condición de servidumbre. Además, Petronila fue hija de una mujer Mapuche, situación que la ubicaba en el estamento mestizo, condición que recibió mayores discriminaciones en esta época. No obstante, todo parece indicar que Petita tuvo una vida de niña y juventud tranquilas, recibiendo similares cuidados a los obtenidos por Demetrio. Ello contrastó con su etapa final; demasiados sinsabores y profundamente tristes. Petronila O'Higgins de Pequeño, fue mujer de su tiempo, hija de su época.

_______________________________________________________________________________

[1] Era costumbre durante esta época, que el padrino del bautizado fuera el familiar más cercano.


[2] Fondo Varios, volumen N°252.


[3] Idem.


[4] Pamela Pequeño: "Documental La Hija de O'Higgins", año 2001.

Galería