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Expansión ferroviaria en Chile

Solapas secundarias

Carbón y ferrocarril en la zona centro y sur


La explotación de minerales en el centro y sur de Chile requirió de las ventajas que ofrecía el ferrocarril para el traslado de materias primas como el carbón a los puertos habilitados. En esta zona se experimentó un proceso similar al del norte.

En 1884, el Estado otorgó una concesión para construir un ferrocarril desde Concepción a Curanilahue, para trasladar el carbón extraído de los yacimientos carboníferos que allí existían. Sus derechos posteriormente fueron transferidos a The Arauco Company Limited, la que operó durante varios años.

Otros casos similares fueron el ferrocarril de Concepción a Penco, comprado por el Estado a la Compañía Duncan Fox y el ferrocarril de Lebu a Los Sauces, otorgado por concesión en 1908 a particulares.

Más fugaz fue la experiencia en la región magallánica del ferrocarril de Punta Arenas a la mina Loreto, uno de los yacimientos de carbón más australes del mundo.

Su construcción fue producto del impulso de Agustín Ross, industrial chileno que obtuvo del gobierno una concesión para su realización el 16 de diciembre de 1900. El ferrocarril, operativo desde 1902, tuvo como objetivo principal el transporte de carbón desde la mina Loreto al puerto de Punta Arenas, con el fin de abastecer los vapores que hacían la travesía por el Estrecho de Magallanes.

La apertura del Canal de Panamá en 1914 relegó al Estrecho de Magallanes y, por lo tanto, al ferrocarril de Punta Arenas a un segundo plano.

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