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Diego Barros Arana


Diego Barros Arana (1830-1907), escritor, historiador e investigador chileno, representa junto a otros personajes como Benjamín Vicuña Mackenna, Ramón Sotomayor Valdés, entre otros, un camino distinto de abordar el registro escrito de la historia o historiografía, basandose en la investigación de los documentos como fundamento para el estudio. Esta experiencia, Barros Arana la llevó a la práctica al reescribir la Historia de Chile, desde el período colonial en adelante. Así como Ignacio Domeyko, Claudio Gay, Amado Pisis, Francisco Vidal Gormáz, y otros, pensaron que el estudio del territorio y el costa debía efectuarse a través de la geodesia, la trigonometría, las ciencias naturales, la física, y las matemáticas, Barros Arana hizo lo propio al proponer una historia científica. En otras palabras, se trataba de practicar una investigación histórica bien distinta a como la habían efectuado ciertos sacerdotes, y algunos abogados hasta el momento.

Barros Arana fusionó de manera casi frenética su pasión por la investigación histórica, sus ideales educativos, su militancia y su práctica política. A los 20 años publica su primer trabajo de trascendencia: "Estudio histórico sobre Vicente Benavides y las campañas del sur 1818 - 1822". En paralelo a esas múltiples actividades, se prodigó tiempo para publicar hasta aproximadamente 1905, un total aproximado de 24 títulos, entre ellos su obra capital en 16 tomos: "Historia General de Chile".

Polemista agudo no tuvo reparos en enfrentarse por lo menos ideológicamente a los sectores conservadores, y católicos, empezando por la presidencia de la república.

Liberal, laico, opositor a Manuel Montt, exiliado a Argentina en 1858, un año después viajó a Europa donde tuvo el privilegio de investigar en el Museo Británico y en el Archivo General de Indias, en Sevilla. Regresó a Chile en 1863, una vez que los conservadores cedieron el ejecutivo al Partido Liberal. Asumió la rectoría del Instituto Nacional.

Consecuente con la idea de una educación laica que a su vez frenara ciertos privilegios, debió abandonar ese establecimiento por problemas con los alumnos y con la fracción social defensora de esas franquicias.

En 1873 fue nombrado Ministro Plenipotenciario de Chile ante el gobierno de Argentina, para la definición de la soberanía en ciertas zonas limítrofes, especialmente la Patagonia y la Puna de Atacama. Entre los méritos para tal designación, buena parte recae en sus vínculos con intelectuales y políticos argentinos, pero también el conocimiento de la historia colonial nacional, especialmente respecto de cómo durante el período colonial se concibieron las fronteras entre unidades administrativas del imperio y la monarquía española, que en teoría formaban un todo indisoluble.

Ya en 1876, seguramente Barros Arana planteó un acuerdo con Argentina respecto de La Patagonia, a cambio de neutralidad en la futura Guerra del Pacífico. Sin embargo, conviene no perder de vista el que el Tratado de 1881 fue aprobado por el 90% del parlamento chileno.

Pese a su oposición a José Manuel Balmaceda, en 1888 volvió a formar parte de una comisión de Límites, esta vez para la resolución del diferendo de La Puna de Atacama.

Entre 1893 a 1897 fue designado Rector de la Universidad de Chile. Entre sus múltiples aportes, destaca la creación del Curso de Matronas en el Hospital San Francisco de Borja. Sus últimos años lo mantuvieron ocupado en el tema de la Educación y la Salud Pública. Prueba de lo anterior es su participación en 1902 del Congreso General de Enseñanza, celebrado en Santiago.

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Para consultar:

Material fotográfico custodiado en el Archivo Nacional de Chile.

Fondo Ministerio de Educación. Vols: 1057 - 131 y 133.

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