La creación de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), no sólo representó una institución pública orientada al fomento de la capacidad productiva industrial del país, sino la puesta en marcha de un nuevo modelo de desarrollo económico, el cual asignaba al Estado, el rol rector de todo el aparato productivo nacional, mediante el diseño e implementación de un vasto programa tanto de planes sectoriales, como de la realización de investigaciones, CORFO fomentaría el desarrollo económico del país, elevando con ello la calidad de vida de los chilenos.
La coyuntura histórica de la crisis económica mundial de los años 1929-1932, trajo un impacto devastador para la economía chilena, dejándola en evidencia de que su modelo mono exportador sustentado en el salitre, había desembocado en una doble fragilidad para su sustentación en el tiempo: por una parte, Chile se había vuelto altamente dependiente de los vaivenes del comercio internacional y, por otro, inhibía la generación de bienes e insumos industriales nacionales, capaces de abastecer el mercado interno.
Fue así cuando sobrevino la recesión mundial a inicios de la década de 1930, que quedó al descubierto que el país no contaba con información acerca de los recursos naturales existentes en cada una de las regiones, no existía un censo industrial ni agropecuario para conocer su potencial productivo y exportador, es decir, no se contaba con las estadísticas básicas que permitieran la implementación de una política pública de largo plazo en el ámbito económico.
Por ello, la Corporación de Fomento de la Producción, creada por Ley N°6334 el 29 (1) de abril de 1939 y que tiene su redacción definitiva en la Ley N°6640 del 10 de enero de 1941, culminó una década de debate sobre el modelo de desarrollo económico que debía seguir el país.
La primera medida se había tomado en 1934, bajo la administración de Arturo Alessandri Palma, cuando se crea el "Consejo de Economía Nacional", organismo en el que fue nombrado como su primer director don Pedro Aguirre Cerda. Esta experiencia, contribuyó en gran medida para que Aguirre Cerda instalara el "problema industrial", como centro de su campaña electoral en 1938.
Una vez que triunfa en las elecciones presidenciales de 1938 encabezando el Frente popular y a consecuencia del terremoto de enero de 1939, que destruyó casi por completo la ciudad de Chillán y buena parte del centro-sur del país, Aguirre Cerda logra concretar su idea de establecer un organismo que abordara, en el corto plazo, la reconstrucción de Chillán y formulara los planes de fomento industrial.
Entre agosto y noviembre de 1939 se diseñaron una serie de planes en las más diversas áreas: Plan de fomento Industrial (22 de septiembre de 1939), Plan de Acción Inmediata para la Agricultura y Exportaciones Afines (6 de septiembre de 1939), Plan de Acción Inmediata para la Minería (1939), Plan de Acción Inmediata de comercio y Transporte (8 y 29 de noviembre de 1939), Fomento de Producción de Energía Eléctrica, Plan de Acción Inmediata del Departamento de Energía y Combustibles (23 de agosto de 1939).
Pero las necesidades centrales de la acción de CORFO, estuvieron focalizadas en la producción eléctrica y acero. La primera se había convertido en la fuente de energía de todos los países industrializados, así nace la Empresa Nacional de Electricidad ENDESA, la segunda, era la materia primordial para la "fabricación" de toda maquinaria industrial. Para ello se creó la Compañía de Aceros del Pacífico CAP. Con posterioridad, vino la explotación de pozos de petróleo en la región de Magallanes, en 29 de diciembre de 1945 se realiza con éxito la primera perforación y que más tarde, en 1960, surgiera la Empresa Nacional de Petróleo ENAP.
En cada una de estas áreas fueron convocados una serie de destacados ingenieros y economistas como Guillermo del Pedregal, Raúl Zorrilla, Oscar Gajardo, Eduardo Figueroa Geisse, Mario Sarquis Yazigi, Guillermo Moore Montero, Germán Picó Cañas, entre otros.
La obra de la CORFO ha calado profundamente en la base productiva del país. Representa una experiencia exitosa del rol que el Estado desempeña en el desarrollo económico del país. Si bien, sus planes se vieron frustrados a raíz del inicio de la Segunda Guerra Mundial, sus aportes cubrieron la agricultura, (Industria Azucarera Nacional IANSA.), el sector pesquero, turístico, la fundición de Paipote para apoyar la pequeña y mediana minería, además de ENDESA, CAP y ENAP.
Gracias a la acción de varias décadas de CORFO, el país cuenta con más recursos hidroeléctricos, con más potencia instalada y con más electricidad producida mediante la electrificación de buena parte del país. También, con una industria siderúrgica que se expandió para entregar el insumo para la fabricación de productos nacionales.
Finalmente de su contribución, nacieron industrias metalúrgicas, eléctricas, forestales, pesqueras, químicas, de materiales de construcción, se descubrieron nuevos yacimientos mineros, se levantaron plantas y fundiciones para procesar minerales en el país, se realizaron cientos planes de regadío, producción de semillas y se fomentó la mecanización de la agricultura. Se efectuaron expediciones oceanográficas para conocer las características biológicas marina de las costas chilenas y se elaboró la primera Carta Pesquera a lo largo del litoral nacional.
Hoy, para recordar una de las grandes iniciativas del siglo XX el Archivo Nacional entrega para su lectura y análisis la copia digital de la Ley que dio vida a CORFO.
________________________________________________________________________________
(1) Con el día específico de creación de CORFO hay diferencias según las fuentes consultadas. La Ley, tiene consignada el día 28, algunas reseñas históricas y efemérides indican el 29 de abril y un texto editado por la misma CORFO indica el 25 como la fecha de creación.