
El Plebiscito del 5 de octubre de 1988 fue realizado para definir si el general Augusto Pinochet continuaba o no como gobernante hasta el 11 de marzo de 1997, tras llegar al poder después de derrocar al Presidente Salvador Allende por medio de un golpe militar, el 11 de septiembre de 1973.
En conformidad disposición transitoria 27ª de la Constitución Política de 1980, con al menos 90 días de anticipación a la fecha en que Pinochet debía cesar en su cargo– esto es, el 11 de marzo de 1989– los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y el general director de Carabineros, o a falta de unanimidad de ellos el Consejo de Seguridad Nacional, debían presentar al país un candidato para asumir el cargo de Presidente de la República durante el periodo siguiente, sujeto a su validación mediante un plebiscito.
El 30 de agosto de 1988, el general Pinochet fue designado, por los comandantes en jefe de las fuerzas armadas, como el candidato único para postular a la presidencia del país. Un mes antes del referéndum, había más de siete millones de chilenos/as inscritos/as para votar.
La papeleta del plebiscito tenía solo dos opciones: “Sí” y “No”. Si ganaba la primera, Augusto Pinochet comenzaría un nuevo período de mandato, desde el 11 marzo de 1989 hasta el 11 de marzo de 1997. De este modo, entrarían en plena vigencia las normas permanentes de la Constitución de 1980, salvo en lo siguiente: en nueve meses se debía convocar a votaciones generales de senadores y diputados, mientras la Junta de Gobierno seguiría ejerciendo la función legislativa, hasta la instalación del Congreso Nacional tres meses después de la convocatoria a elecciones.
En tanto, si vencía la alternativa del “No”, no se aprobaba a Pinochet como candidato, y su periodo presidencial se prorrogaría por un año más, hasta el 11 de marzo de 1990, al igual que las funciones de la Junta de Gobierno. A partir de esa fecha tendrían plena vigencia las normas permanentes de la Constitución. En este marco, 90 días antes del fin del aplazamiento del mandato presidencial, debía convocarse a elecciones de Presidente de la República y de parlamentarios.
Las campañas propagandísticas del oficialismo y la oposición fueron intensas, las calles fueron escenarios de las marchas, los panfletos y los enfrentamientos de los partidarios de ambas opciones. Entre el 5 de septiembre y el 1 de octubre de 1988, se emitió la franja de propaganda televisiva, un espacio que tuvo una altísima sintonía y significo un hito comunicacional en esa ´época.
El 5 de octubre el proceso se desarrolló sin contratiempos. A las 19:30, se entregó el primer informe oficial al país: el “Sí” obtenía un 57,36 % frente al 40,54 % del “No”, sobre un total de 72 mesas escrutada. Entretelones se comentaba que la tendencia no eran exactamente esa, y que Augusto Pinochet no reconocería el triunfo de la oposición. Cerca de la una de la madrugada, del jueves 6 de octubre, Pinochet se reunió con los miembros de la Junta de Gobierno, y al ingresó al Palacio de La Moneda, el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile, Fernando Matthei, declaró a los periodistas que había ganado el “No”.
Finalmente, a las 02:00 horas, el subsecretario del Interior, Alberto Cardemil, comunicó a través de los medios de comunicación que el resultado del plebiscito era de un 43 % para el “Sí” frente al 54,7 % para el “No”. Esa madrugada miles de chilenos salieron a las calles a celebrar la victoria del “No” en las distintas ciudades de Chile.