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Matanza de la Escuela de Santa María de Iquique en 1907

Solapas secundarias

Negociaciones entre el movimiento obrero chileno y autoridades públicas


El pliego de peticiones de los trabajadores demandaba el pago de los salarios a razón de 18 peniques por peso, el pago en dinero y no en fichas, el fin de los abusos en las pulperías y la prohibición de arrojar caliche de baja ley a la rampla para ser elaborado sin el correspondiente pago a los trabajadores.

La urgencia se produjo en diciembre de 1907, cuando la devaluación de la moneda chilena ante la inglesa generó una baja del tipo de cambio y el alza de los precios en todas las mercancías.

Un primer intento de negociación se llevó a cabo el 15 de diciembre durante la Gran Huelga.

La autoridad les solicitó volver a sus faenas y designar un mediador en el conflicto. El Intendente propuso a Abdón Díaz, quien no tuvo el respaldo de los trabajadores debido a que ya se había declarado portavoz de la autoridad.

Intentó luego el nombramiento de una comisión negociadora, a condición de que los obreros volvieran a las oficinas, pero éstos se negaron porque estaban decididos a no retornar al trabajo hasta obtener una mejora sustancial en sus condiciones de vida.

Cerca de las dos de la tarde del mismo 15 de diciembre, los más de 2000 trabajadores reunidos en el Hipódromo recibieron una segunda propuesta. Después de ocho días de convenios, los agentes de las compañías salitreras se comprometieron a obtener una contestación desde sus casas matrices en Londres y Alemania.

A cambio, ellos debían regresar inmediatamente a sus faenas. Si la respuesta de los empresarios fuese negativa, quedaban en libertad de volver a paralizar. Los huelguistas rechazaron esta nueva propuesta y dieron un plazo de 24 horas para que sus demandas fueran acogidas.

Avanzada la tarde, el Intendente Guzmán García gestionó la aceptación de las peticiones de los asalariados, solicitó a éstos su respaldo y el plazo de ocho días propuesto por los empresarios salitreros para dar una respuesta. Finalmente, acomodó el transporte en trenes para que regresaran a sus labores.

Los trabajadores accedieron a esta propuesta, pero al constatar que el viaje se realizaría de noche y los trenes eran sólo plataformas abiertas sin seguridad ni abrigo decidieron esperar en Iquique la resolución de sus peticiones.

El martes 17 de diciembre, alrededor de 1200 trabajadores de Lagunas llegaron hasta Iquique para sumarse al movimiento que continuaba creciendo en toda la región.

El 19 de diciembre había en la ciudad entre 10 mil y 12 mil obreros mientras otros grupos bajaban desde el interior de la pampa para plegarse al movimiento.

Ese mismo día arribó a la ciudad el intendente titular Carlos Eastman, con la misión de resolver el conflicto. Junto con él llegó el general Silva Renard, el coronel Enrique Ledesma y otros jefes militares. Estas señales demostraban que la autoridad central estaba decidida a finalizar el conflicto, fuera por la vía del dialogo o mediante acciones represivas.

El viernes 20 de diciembre a las 22:00 horas, el intendente Eastman declaró Estado de Sitio en la Provincia de Iquique. El decretó prohibió reuniones a cualquier hora del día en grupos de más de seis personas y la circulación después de las 20:00 horas.

Ordenó además que los trabajadores venidos de la pampa fueran concentrados en la Escuela Santa María y en la Plaza Montt, se prohibió la venta de bebidas alcohólicas y se asignó la responsabilidad del cumplimiento estricto de estas disposiciones a la fuerza pública.

Las negociaciones fracasaron y las autoridades optaron por el empleo de la fuerza el 21 de diciembre.

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