Los archivos como punto de partida en el desarrollo de sus obras, fue el tema que convocó a cuatro destacados creadores e investigadores chilenos en el conversatorio "Mal de archivos: saber - imaginar" para celebrar el Día Internacional de los Archivos, en el Archivo Nacional.

Voluspa Jarpa, artista visual, Mauricio Weibel, periodista y escritor; María José Cumplido, historiadora, y Carlos Tromben, periodista y escritor, se reunieron, este lunes 11 de junio, para contar y reflexionar con el público sobre el uso de los archivos en la creación e investigación de sus trabajos artísticos, periodísticos, históricos y literarios.

Para Voluspa Jarpa, quien ha indagado desde hace más de una década en los archivos, expresó que su interés en los documentos abarca los elementos gráficos que los componen, como los sellos, los timbres o las letras: “Lo que he realizado en el tiempo es encontrar estrategias, visuales, espaciales, sensoriales, en obras de gran escala donde los documentos conjugan espacios. Y, en esa ocupación espacial, comienzan a construir la sensación de un relato”. 

Para la artista los archivos son “fragmentos de resistencia y rebeldía”, fuentes que nos permiten desmontar estructuras monolíticas, esas historias oficiales que no nos satisfacen. En el caso de sus obras sobre los archivos desclasificados de la CIA –que muestran las intervenciones que el gobierno estadounidense efectuó en América Latina durante la Guerra Fría– explicó que hay muchos elementos de la desclasificación que son tan relevantes como lo que los documentos dicen, por ejemplo la cantidad de volúmenes, el idioma o los párrafos borrados . “Cuan do uno mira un archivo completamente tachado, uno ve elementos simbólicos muy importantes, por ejemplo el poder. El poder de ocultar información, el poder de develarla. El poder que ejerció Estados Unidos con los países latinoamericanos”.

En tanto, para el autor de "Huáscar", "Balmaceda" y "Santa María de Iquique", Carlos Tromben, los archivos son un territorio de posibilidades para un creador, un estímulo para la escritura.

“Para mí los archivos siempre han sido como la biblioteca de Babel de Borges, esa sala hexagonal donde uno ve más y más archivos. Y uno tiene que tener estrategias para lidiar con esa multiplicación de la posibilidad, y abrir espacios y tiempos”, explicó el escritor.

Otras historias que merecen ser contadas

Desde el periodismo, Mauricio Weibel planteó que los archivos “son un material tremendamente vivo, lleno de gestos, de humanidad, de historias y, especialmente, de memoria”. Afirmó que en la documentación hay una historia que merece ser contada.

Puso como ejemplo su libro “Los niños de la rebelión”, donde en el fondo del Ministerio de Educacion encontró muchísima información acerca de los escolares que combatieron contra la dictadura cívica – militar. Sin embargo, acotó que los documentos no sólo presentan órdenes o descripciones, sino que a partir de ellos pueden hacerse estudios sociológicos o lingüísticos. “Hay muchos más detrás de esos archivos”, expresó, advirtiendo que hay una deuda desde el ámbito académico con este material. 

La historiadora María José Cumplido relató su experiencia en la investigación de diversos temas, develando como los archivos conectan el pasado y presente de nuestro país.

Para su libro “Chilenas” consultó de documentación escrita o producida por mujeres, voces que han estado silenciadas en la historia oficial: “Lo más importante de los archivos es este viaje en el tiempo literario, como indagamos todo lo que se ha pasado por alto o lo que no ha estado en un primer lugar”. 

Cumplido reflexiona que a los documentos podemos formularles preguntas acerca de problemas que están pasando: “Interrogamos a los archivos buscando otras respuestas”.

Una afirmación que se conecta con las ideas de los archivos como espacios de resistencia, como multiplicad de posibilidades y como material vivo y de memoria… #ArchivosParaNoOlvidar