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Creación de Escuelas en Chile (1860-1920)

Solapas secundarias

Incremento de escuelas primarias


El incremento de escuelas a lo largo de Chile fue una de las principales consecuencias de la reforma educativa que comenzó a fraguarse en 1860 con la aprobación de la Ley General de Instrucción Primaria.

En ellas se impartían los saberes elementales y básicos que debía manejar todo individuo, como aritmética, lectura y escritura. Los preceptores, encargados de difundir estos conocimientos entre los alumnos, se apoyaron en el sistema lancasteriano, técnica pedagógica por la cual los alumnos más avanzados enseñaban a sus compañeros a través de la repetición y memorización.

Autoridades locales, docentes y vecinos comprometidos fueron los principales actores que solicitaron recursos para la construcción y ampliación de escuelas a las autoridades centrales.

En 1860 existieron 486 escuelas con 23 mil 883 alumnos, mientras que en 1900 fueron 1.547 establecimientos primarios con 111.410 educandos. Aunque el avance parecía ser considerable, el analfabetismo en Chile seguía siendo alto: 60% en 1907 (Labarca, 1939: 236).

El avance sistemático de la escuela primaria fue defendido por representantes liberales en el Congreso y el magisterio para corregir esta deficiencia.

En los primeros 15 años del siglo XX se crearon 263 escuelas primarias en todo Chile: 99 establecimientos en el gobierno de Germán Riesco (1901-1906); 93 escuelas en el de Pedro Montt (1906-1910); y 71 centros de educación primaria en el de Ramón Barros Luco (1910-1915).

Esta tendencia tomó aún más vigor desde 1920, con la promulgación de la Ley de Educación Primaria Obligatoria, la que aseguraba la gratuidad de la educación primaria fiscal para toda la población y establecía su obligatoriedad. Con esta Ley, el rol y funcionamiento de las escuelas primarias se orientó hacia una satisfacción integral de las necesidades de los alumnos.

Modelo educativo

En 1880 el magisterio instaló la necesidad de un debate en torno al modelo educativo que se implementaría en esas nuevas escuelas. Los encuentros de expertos se realizaron periódicamente en diversos congresos pedagógicos, organizados con el fin de dar una respuesta conjunta a las necesidades educativas del pueblo chileno.

Junto con el aumento de las escuelas en diferentes puntos del país, se elevó el rigor en la gestión pedagógica y administrativa de los nuevos centros de estudio. El resultado fue un sistemático envío de informes de los directores de establecimientos educacionales y las visitas de los supervisores de instrucción primaria.

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