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11 de septiembre 1973: Golpe civil-militar

La mañana de un nublado martes 11 de septiembre de 1973, el Presidente Salvador Allende Gossens llegó, a las 07:30 horas, al Palacio de La Moneda, quien había sido informado de la sublevación de la Armada, en Valparaíso. El presagio de un golpe de Estado, que desde su llegada al poder rondaba en el país, se cumplia.

Cerca de las 09:00 horas, fue emitida el primer bando militar en el que se pide la renuncia a Allende, y  la entrega del gobierno a una Junta Militar, integrada por jefes de las distintas ramas: Augusto Pinochet, del Ejército; Gustavo Leigh, de la Fuerza Aérea; José Toribio Merino, de la Armada, y César Mendoza, de Carabineros. Los dos últimos recién acababan de tomar las jefaturas supremas de sus respectivas tropas.

El jefe de Estado dio su respuesta negativa a través de las radios Magallanes y Corporación, expresando lo siguiente: "Hago presente mi decisión irrevocable de seguir defendiendo a Chile en su prestigio, en su tradición, en su norma jurídica, en su Constitución".

Los tanques fueron los primeros que se movilizaron a La Moneda, y más tarde los aviones comenzaron a sobrevolar en los cielos de Santiago. El primer objetivo de los Hawker Huntern era silenciar las seis antenas de las radioemisoras afines a la Unidad Popular, con el propósito de aislar a Presidente y a sus adherentes de la información.

Antes de ser acallada, la radio Magallanes –a las 11:00 horas– difundió el último discurso de Salvador Allende, una alocución del fin, pero a la vez de esperanza, que bien refleja uno de sus párrafos:

“Yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza”.

Una hora más tarde, los Hawker Hunter comenzaron a bombardear La Moneda con cohetes "rockets", que destruyeron las oficinas y provocaron el incendio del antiguo edificio, de fines del siglo XVIII. Allende solicita retirarse a todos quienes le acompañaban, y queda solo en el salón Independencia, donde se quita la vida.

La imagen de La Moneda en llamas, ese 11 de septiembre de 1973, dio la vuelta al mundo, mostrando la destrucción de la democracia y el inicio de una violencia política brutal que comenzaría desde ese mismo día.

 

Documentos rescatados del fuego

El Archivo Nacional tiene bajo su resguardo varios volúmenes del Ministerio del Interior que presentan las huellas del incendio en el Palacio de La Moneda.

Entre la documentación que contienen están los Decretos Supremos: 1.061 que aprueba estatutos de Centros de Madres, del 19 de julio de 1972; 1.250 que aprueba estatutos de Juntas de Vecinos, del 28 de agosto de 1972; 1.172 que modifica decreto 1.150 que da nacionalidad a Janina Jedrez Pisna, del 9 de agosto de 1972; 1.091 que aprueba estatutos de Centros de Madres, del 26 de julio de 1972; 1.131 que autoriza provisión de vacantes en Policía de Investigaciones, del 2 de agosto de 197, y 1.217 que nombra a los ministros de Estado, del 12 de septiembre de 1972.

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