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Archivos Mujeres y Géneros

MEMCH: Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres de Chile

Mujer leyendo.

El 11 de mayo de 1935 es fundado el Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH) convocado por Elena CaffarenaMarta VergaraGraciela Mandujano, entre otras. Con un espíritu pluralista, su programa apuntaba a la emancipación jurídica, económica y biológica de las mujeres.

Estos objetivos eran discutidos en concentraciones y congresos que reunían a mujeres de diversas zonas del país organizadas en numerosos comités locales, de los cuales podemos tener información a partir de más de 800 cartas que forman parte del Fondo Correspondencia del MEMCH del Archivo Mujeres y Géneros.

 

En entrevista realizada por Diamela Eltit (2003) a Elena Caffarena, ella señala sobre el contexto de conformación del MEMCH que: "Las instituciones se forman no porque un grupo de mujeres se reúnan. Tienen que confluir una serie de factores: económicos, políticos y sociales que son los que hacen emerger a las instituciones y que además las hacen duraderas" (36).

La propuesta del MEMCH involucraba aspectos más amplios de emancipación que el que comúnmente es destacado: el voto femenino. Este movimiento enunciaba desde sus inicios la necesidad de ampliar los derechos de las mujeres, planteando algunas demandas que se resolvieron durante el período, como la incorporación del régimen de separación de bienes en el matrimonio que ocurre luego en 1943 y otras que permanecieron bastantes años sin respuesta. Algunas de éstas últimas, fueron la diferencia entre hijos legítimos e ilegítimos que recién en 1998 dejó de existir en Chile, y el divorcio, incorporado en la nueva Ley de Matrimonio Civil de 2004.

La emancipación biológica fue por ellas definida como la liberación de la mujer con respecto a la maternidad obligada, instalando la discusión sobre métodos anticonceptivos y la reglamentación del aborto clandestino. Cabe señalar que durante el período de existencia del MEMCH el aborto terapéutico ya había sido legalizado en 1931, siendo nuevamente prohibido, después de 58 años de aplicación, en 1989. Este punto del programa causó desde sus inicios controversias y posturas contrapuestas.

Desde sectores más conservadores se advertía a las mujeres sobre los ideales del MEMCH, tal como lo señala la carta enviada el 7 de septiembre de 1935 a El Mercurio por la Acción Nacional de Mujeres de Chile, que buscaba marcar distancia con respecto a éstas, calificándolas de comunistas que "atentan abiertamente a la constitución de la familia y que propician métodos llamados de emancipación biológica que van no sólo contra los más elementales conceptos de moral, sino contra las leyes misma de la naturaleza", declarando que lo anterior serían "aberraciones, productos de cerebros enfermizos o desquiciados, y cumple con la obligación de poner en guardia a sus adherentes y simpatizantes".

Frente a ello, la respuesta de Elena Caffarena, el 5 de octubre del mismo año, señalaba: "Se nos tilda de tener un programa que contiene puntos que atentan contra la constitución de la familia. A esto contestamos: Nuestro programa contempla la defensa más amplia que jamás se haya propiciado en el país de los derechos familiares, es decir, de la madre, y de los hijos".

En este sentido, es posible observar en el discurso del MEMCH la directa vinculación entre la lucha por los derechos de las mujeresla maternidad y la defensa de la niñez. Múltiples infancias son por ellas observadas, clamando no sólo por la protección de niñas y niños de madres obreras  sino por el estado general de las tuiciones, pensiones y las determinaciones de paternidad.

Con respecto a la emancipación económica, el MEMCH abogaba por mejores condiciones laborales para las mujeres, exigiendo igualdad de sueldos, el acatamiento de las legislaciones sociales, y la incorporación de las mujeres en cargos y servicios en el que estaban vetadas. Las memchistas promovieron diferentes políticas de integración rechazando toda medida que apuntara a su segregación, tal como ocurrió con la manifestación del MEMCH ante un proyecto de Ley que 1939 indicaba que sólo mujeres solteras y viudas podían trabajar en oficinas de Correos y Telégrafos, con un límite de vacantes para éstas.

 

Desde una visión integral incorporaban además la necesidad de una vivienda "sana y barata", la lucha por la carestía y la legislación sobre problemas sociales, como el alcoholismo. Sumado a lo anterior, ponían también en juicio el sistema penitenciario femenino, en donde denunciaban condiciones desiguales y los métodos de castigos que se utilizaban al interior de la Casa Correccional de Mujeres.

Pensar más allá de los límites nacionales

Sumado a lo anterior, el MEMCH tiene una postura activa con respecto a la realidad internacional, específicamente con lo que ocurría durante este período en España y Alemania, declarando en su Programa su oposición al fascismo que "tiende a privar a la mujer de sus más elementales derechos adquiridos, considerándola solamente apta para desempeñar las ocupaciones domésticas" y a la guerra "por ser una crueldad inhumana y que sirve tan sólo para proteger los intereses comerciales".

Las mujeres memchistas realizaron múltiples acciones con el fin de reunir dinero y alimentos para las víctimas de la Guerra Civil Española. En la campaña "Pro ayuda a la infancia española", en septiembre de 1938, el balance arrojaba un aporte de $1.834.05, realizado por los comités locales del MEMCH en Santiago, Rancagua, Los Ángeles, Corral, Valdivia y San Antonio.

Asimismo, el 19 de Noviembre de 1938, una comisión del MEMCH entregó una carta al Embajador de Alemania en Chile, planteando su total reprobación a la persecución nazi a la población judía. Elena Caffarena, señala:

"Es posible que esta protesta no tenga para Ud. ningún significado; es posible que vaya a dar, rota en cuatro pedazos, a su canasto de papeles; es posible que en un gesto de amor propio herido nos la devuelva; es posible también que lamente que no nos encontremos en su patria para aplicarnos los procedimientos que se emplea con los judíos y con los que no comulgan con el régimen, pero es necesario que Ud. sepa que han provocado la indignación de las mujeres de esta tierra".

Paralelo a lo anterior, también son partícipes de las discusiones sobre los derechos de las mujeres en AméricaGraciela Mandujano, asistió en representación del MEMCH a la VIII Conferencia Panamericana de Lima, en el Comité Interamericano de Mujeres. Manteniendo un vínculo cercano con la Unión Argentina de Mujeres, con el Comité Mundial de Mujeres Antifascistas, y el Comité Relacionador de Organizaciones Femeninas Americanas (Gaviola et al., 1986).

Bibliografía

  • Antezana-Pernet, Corinne. (1995). El MEMCH en provincia Movilización femenina y sus obstáculos, 1935-1942. Disciplina y Desacato. Construcción de identidad en Chile, siglos XIX y XX. Lorena Godoy, Elizabeth Hutchison, Karin Rosemblatt, M. Soledad Zárate (eds). Santiago: SUR.
  • Calfío, Margarita. (2009). Mujeres mapuche, voces y acciones en momentos de la historia. En: Participación y políticas de mujeres indígenas en América Latina. Andrea Pequeño (comp). Quito: FLACSO.
  • Departamento de comunicaciones Sernam. (2003). Elena Caffarena: un siglo, una mujer. Santiago, Chile: Ograma.
  • Eltit, Diamela. (1994). Crónica del sufragio femenino en Chile. Santiago: SERNAM.
  • Foester, Rolf y Sonia Montecino. (1988). Organizaciones, líderes y contiendas mapuches (1900-1970). Santiago: Centro Estudios de la Mujer.
  • Gaviola, Edda, Jimena Xiles, Lorena Lopresti y Claudia Rojas. (1986). "Queremos votar en las próximas elecciones": historia del movimiento femenino chileno 1913-1952. Santiago: Centro de Análisis y Difusión de la Condición de la Mujer, La Morada, Fempress, Ilet, Isis, Librería Lila, Pemci, Centro de Estudios de la Mujer.
  • MEMCH. (1983). Antología para una historia del movimiento femenino en Chile. Santiago: Ediciones Minga.
  • Rojas, Claudia y Ximena Jiles. Epistolario emancipador del MEMCH: Catálogo histórico comentado (1935 - 1949). (En preparación).

 

 

Sello.
Grabado.
Retrato de mujer.
Mujeres sentadas.